¿Qué opinas sobre la legitimización del Estado mediante la violencia?

Por Guillermo Patón García


Opino en primer lugar que la violencia es un acto y/o un recurso al que el ser humano recurre cuando no llega a un consenso con los seres humanos que influyen en su entorno. Proviene de una serie de valores y situaciones comunicativas. Para comenzar a analizar la violencia, hablaremos de ella a un nivel microsociológico. El contexto de explicación se ubicará en la discusión de dos personas que intentan llegar a un consenso respecto a la posesión de los recursos sociales y materiales de su entorno. Cuando el entendimiento entre estas es óptimo, es decir, llegan a un consenso, no aparece la violencia. No hace falta recurrir a ese recurso si se llega al consenso mediante el razonamiento lógico guiado por unos buenos valores. A la violencia se llega cuando el consenso parece imposible debido a el mal entendimiento entre los dos agentes implicados. Este mal entendimiento se debe, entre otras cosas, a que sus historias vitales, sus intereses y sus sistemas de valores son distintos. A veces también influyen factores raciales, sexistas e incluso homófobos. Factores que son producto de un sistema de valores nefasto. Pues bien, cuando por estos motivos no logran llegar al consenso recurren a un último recurso, la violencia. La violencia nace de una idea mental de ejecución, es decir, la mente piensa que ejerciendo el uso de la violencia se conseguirá llegar a ese fin. El fin, recordemos, es conseguir la posesión de recursos sociales y materiales. Se comienza a utilizar una estratégía mental de derribar a la otra persona, que ahora ha pasado a ser el oponente. Se usa la violencia verbal y se adopta un posición defensiva y de alerta. Lo que hasta el momento haya conseguido uno lo defenderá y no dejará que se lo arrebaten. También puede pasar a encarnar la parte ofensiva, es decir, utilizará la violencia para conseguir la conquista de los recursos sociales y materiales. Cuando la violencia verbal no es suficiente se procederá a la amenaza y seguidamente a la violencia física. La ejecución corporal de la violencia se proyectará en favor del derrumbe físico del “oponente”. En el acto de lucha entre estos dos seres humanos se tomará la conciencia de que solo uno de los dos debe ser el que se quede con todos los recursos posibles. Si no están dispuestos a llegar a la matanza del otro, utilizarán su fuerza para poder dominar y controlar a la otra persona. Tratándola como subordinada. Este será el punto en el que solo uno disfrute de la mayoría de los recursos sociales y materiales disponibles en su entorno. Empleará una pequeña porción que permita mantener viva a la otra persona, tan sólo para que su tormento mental pueda relajarse. No podría vivir tranquilo sabiendo que mató a la otra persona para disfrutar lo que tiene. Este solo ha sido un ejemplo de las diferentes formas que puede adquirir la violencia en un contexto microsociológo en el que están implicadas dos personas en el reparto de recursos de su entorno compartido.




A un nivel macrosociológico, es decir, a un nivel en el que la violencia forme parte de la estructura social, pasa algo similar. La violencia forma parte de la estructura social debido a su gran poder de legitimación. El estado-nación de las sociedades contemporáneas se legitima por la violencia, entre otros factores en los que ahora no entraremos. Esta violencia surge por el mal uso del sistemas de valores que tienen las personas que ocupan las posiciones de negociación entre las dos fuerzas confrontadas en la que una parte busca un consenso. La población y las élites dominantes. A la población le interesa, o le debería interesar la búsqueda del consenso por conseguir un reparto positivo y óptimo de los recursos sociales y materiales. Los que ahora poseen la mayoría de los recursos sociales y materiales del mundo en el que vivimos son las élites de la sociedad. Entiendo por élites a aquel pequeño grupo, respecto al total de la población, de personas que ostentan cargos importantes en el poder administrativo del estado, quienes controlan grandes coorporaciones capitalistas productoras de la mayoría de los recursos materiales de la sociedad actual y quien tiene el poder sobre los grandes bancos, es decir, aquellas personas que influyen decisívamente en la vida social de la totalidad de la población. Pues bien, esta élite, debido a su sistema de valores, sus intereses personales e intereses de grupo y su experiencia histórica, no quiere llegar al consenso en el reparto de los recursos. Antes de continuar debo recalcar que llegar al consenso es llegar a un punto de intercambio en el que ambas partes “negociantes”salgan igualmente beneficiadas, es decir, se llegue a un reparto equitativo de los recursos. Por lo tanto, dado que la población también quiere poseer su porción lógica y adecuada de recursos, la élite los clasifica como su oponente y pone todos los medios necesarios para que el reparto continúe estando a su favor. ¿Cómo lo consiguen? Recurriendo al recurso de la violencia. Actúan de una forma en la que consiguen la subordinación de la población. Cómo ocurría con el ejemplo de las dos personas que no encontraron un consenso lógico. En la actualidad existe una enorme des-consenso entre ambas partes. No pueden llegar al consenso de reparto lógico, el equitativo entre dos partes. 


Es decir, que la violencia legitima el mal reparto de los recursos entre la población. Legítima la división estructural que existe entre población y élite. La violencia se utiliza para legitimar la desigualdad. Por lo tanto, opino que la legitimación del estado mediante la violencia esta sustentado por un sistema de valores que perjudica a la mayoría de la humanidad en pro de unas personas con mucho poder. También es verdad, que al existir la desigualdad, se crea la violencia para poder sustentarla. Se podría decir que la violencia es producto de la desigualdad.